Tailor-made tour experts


No cabe duda que el efecto de la pandemia del COVID-19 ha afectado la vida de todos. El mundo ha sufrido cambios que no contemplábamos un año atrás y la vida de los humanos no será la misma, al menos no por ahora.

Para los millones de personas que vivimos del turismo y de las actividades al aire libre, este ha sido un año difícil. Millones de puestos de trabajo se han perdido y miles de empresas han ido a la quiebra en un año que aún no da tregua. La industria del avistamiento de aves se cuenta entre todas estas afectaciones, nuestros viajes se han detenido y los ingresos disminuyeron a cero. Aún así la esperanza es fuerte y seguimos adelante, preparándonos y pensando en mejores estrategias para afrontar estos nuevos desafíos, con los pies en la tierra y los ojos en el cielo los árboles, porque seguimos pajareando y lo hacemos con la pasión, que al menos aquí en Colombia, nos caracteriza.

Es de este modo que hemos regresado lentamente a la acción y ya sea en los centros urbanos o en los parques nacionales, hemos despegado nuestro vuelo lentamente para retomar nuestros caminos por el mundo del pajareo.

Es así que en The Andean Birder, retomamos el rumbo y nos dirigimos con un grupo de nuevos amigos a los bosques de niebla de la Serranía de los Paraguas al occidente de Colombia. Este viaje corto pero productivo nos dio grandes sorpresas y gratos momentos con aves representativas de este ecosistema y de esta región al sur del PNN Tatamá y al norte del PNN Farallones de Cali. La Serranía de los Paraguas es bien conocida por los esfuerzos colectivos que la organización comunitaria Serraniagua, ha liderado en la región por más de 20 años con el fin de conservar la riquísima biodiversidad que allí habita y que se hacen tangibles en lugares como la Reserva Natural Comunitaria Galápagos la cual hace parte de una red de más de una treintena de reservas naturales de la sociedad civil o campesinas, como ellos prefieren llamarlas a veces.

Los bosques de la zona de Galápagos son parte de la zona de amortiguación del PNN Tatamá y se conectan enteramente con éste

Este corto viaje fue organizado para un grupo de amigos pajareros y ávidos fotógrafos de la ciudad de Pereira localizada a unas cuantas horas de la Serranía de los Paraguas en las faldas de la parte oriental de la Cordillera Central. Durante un par de días disfrutamos tanto como pudimos de docenas de especies carismáticas, amenazadas y endémicas que se pueden observar con facilidad en la carretera de Galápagos la cual conduce hacia el pequeño poblado de San José del Palmar en el extremo oriental del departamento del Chocó. Esta localidad es bien conocida por figurar entre las primeras abiertas al aviturismo en la primera década del año 2000 cuando los primeros turistas (a menudo del tipo hardcore o expertos) llegaban para sumar a sus listas aves tan raras como la Bangsia del Tatamá (Bangsia aureocincta), el Solitario Negro (Entomodestes coracinus) o el Corretroncos estrellado (Margarornis stellatus) que para la fecha se contaban entre los más raros de esta región que hace parte del corredor binacional Chocó-Manabí entre Ecuador y Colombia.

Lo que vimos

Silfo colivioleta | Aglaiocercus coelestis

La semana anterior había llovido como nunca en buena parte de Colombia. Al norte en la Colombia insular, el huracán Lota devastaba la isla paradisiaca de Providencia y dejaba fuertes estragos en San Andrés. Al occidente, las tierras bajas del Chocó se sumergían bajo las inundaciones de los ríos que allí corren con tal caudal que el río Atrato y San Juan son considerados dos de los más caudalosos del mundo en relación a su longitud. Y en los Andes, la situación era más o menos parecida con lluvias constantes y fuertes que para total sorpresa nuestra cesaron justo la noche anterior a nuestra salida. Aprovechando este guiño de los dioses del clima, fuimos y aprovechamos cada segundo de nuestra buena suerte y fue así que logramos disfrutar de maravillosos momentos y conseguir memorables imágenes para nuestras memorias.

El grupo en acción

Las estrellas de la jornada fueron en este caso, rarezas encontradas solo en estos bosques montanos del Chocó. Aquí solo unas cuantas destacadas:

  • Bangsia del Tatamá – Bangsia aureocincta: la carretera de Galápagos es famosa por tener la que es quizás la población más abundante de esta tangara exclusiva de Colombia y muy famosa por aparecer en las portadas de guías, libros y demás.
  • Solitario negro – Entomodestes coracinus: encontramos un árbol con frutas donde por lo menos 3 individuos se alimentaron todo el tiempo que estuvimos ahí.
  • Urraca chocoana – Cyanolyca pulchra.
  • Corretroncos estrellado – Margarornis stellatus.
  • Gorrión tangarino – Orethraupis arremonops.
  • Batarito bicolor – Dysithamnus occidentalis.

Por aquí pueden encontrar las listas de eBird que hicimos:

https://ebird.org/colombia/checklist/S76639534

https://ebird.org/colombia/checklist/S76639537

https://ebird.org/colombia/checklist/S76639531

https://ebird.org/colombia/checklist/S76639526

About the author

Johnnier is the manager and main tour leader of The Andean Birder. Over 13 years he has been organizing and leading birding trips in the most important regions of Colombia.
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